Bajé las escaleras, me topé con Carmen, quien venía apresurada a decirme algo, no quería saber nada, me adelanté a hablar.
—Carmen, debo hacer algo muy, pero muy urgente de última hora. Encárgate de Samuel, por favor. Que Jenaro lo lleve al jardín.
—Señora es que…
—Debo irme, hablamos al mediodía.
No estaba bien...