Mientras nuestros labios permanecen unidos, una de sus manos se posa sobre mi mejilla. Sin poderlo evitar lágrimas comienzan a brotar de mis ojos sin poder controlarlas.
—¿Por qué lloras amor? —se aparta para tomar entre sus manos mi rostro limpiando con sus pulgares las lágrimas derramadas
—Todavía me dueles Emilio. —limpio...