Hero
—¡Ah y…!
La agarro por el cuello y la obligo a callar estampando mis labios contra los suyos. La envuelvo entre mis brazos y la aferro contra mí, impidiendo que se escurra y termine de colocarle la cereza al pastel de mierda que ha construido con su boquita incallable.
Siento su respiración...