—Giancarlo tengo que colgar. – Me interrumpe Adam.
—¿Qué le sucede? – Pregunto.
—Tiene que descansar. Es lo que me dice el veterinario. Giancarlo—sama. – Me cuenta Adam.
—Ve a casa Adam. Si sucede algo que me llamen, no importa la hora. Gracias. – Le ordeno antes de colgar.
Guardo el teléfono en el...