Giancarlo:
Despierto y lo primero que busco con la mirada es a Antonella o a Adam.
—Hasta que por fin despiertas. – Escucho una voz indeseable.
—¿Qué haces aquí?— Mi tono es molesto.
—No deberías alterarte luego de una operación, es riesgoso. – Por desgracia tiene razón.
—¿Qué quieres? Hasta donde recuerdo usted y yo...