Jackson Johnson
Ella estaba en silencio. Sus pestañas se agitaron rápidamente. Abrió su boca pero no salió una palabra. Entonces caí en cuenta del peso de mis palabras.
—Me refiero “conmigo” en el edificio, —mentiroso, no vas a arregarlo, sonreí. —yo soy el dueño de este lugar, puedo darte un precio accesible...