– ¿me detengo? – pregunto mirándola fijamente, ella niega y sonrió, reanudando con las caricias, acerco mi rostro al suyo y busco sus labios, los cuales beso con delicadeza, ella responde de la misma manera, pero en cuestión de segundos ambos nos besamos con avidez y deseo.
Mis manos se cierran...