Bruno se dirigió a casa de Gío, quería de vuelta a su mujer y a su hijo, lo recibieron con tal frialdad que pensó que estaba ante unos bloques de hielo, Rina y Gío lo observaban molestos.
—Sí vas a tratar mal a nuestra hija, ¿para que la buscas?
—La amo. —Dijo...