Cuando desperté, me encontré nuevamente en una cama de hospital.
Instintivamente, toqué mi abdomen, pero no sentí ningún movimiento fetal, y un frío helado me recorrió.
La enfermera, al verme despierta, me miró con una expresión de simpatía.
—Es un niño ya formado. Mis condolencias, el bebé vendrá de nuevo. —dijo con suavidad.
Asentí...