Max se había marchado exactamente a las siete y media de la mañana, habían tomado el desayuno como toda pareja, algo que le había empezado a agradar a Emma, le hacía sentir bastante cómoda.
— ¿Necesita algo más, señorita Spencer? —preguntó el ama de llaves, Emma negó con una sonrisa agradable.
—Muchas...