Cuando mi hermana regresó, exageró los detalles de mi supuesta muerte fingida.
Inmediatamente, toda la familia comenzó a condenarme.
—Sabía que esa ingrata solo piensa en sí misma.
—¿Cómo es que di a luz a alguien tan desalmado?
—Hermana sigue enojada conmigo, iré a disculparme, a expiar mis culpas.
Las lágrimas de Perla avivaron aún...