Emiliano y su padre se fundieron en un fuerte abrazo, pasados unos minutos unieron sus frentes y ambos exhalaron con alivio.
–¿Cómo estás papá?
–Estoy bien hijo.
–¿Seguro? –preguntó Emiliano mientras lo revisaba con la vista.
–Sí, tranquilo, si bien solo me alimenté con pizza, tampoco me mataban de hambre,...