Capítulo 40 Él me miraba solo a mí
Valeria enarcó las cejas, Manuel estaba en la ciudad y deseaba verla, la había llamado temprano en la mañana y él estaba coqueteándole.
—Déjame invitarte a almorzar —le propuso.
—De verdad que no puedo, Manuel, pero gracias.
—¿Ni siquiera cómo amigos?
Ella lo pensó, tal vez hubiera...