Chapter 2 Golpe del Destino

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POV Noah

Afff, otra vez el mismo discurso de siempre “Este es el auto del siglo” “Esta generación no ha visto un auto como este” Bla Bla Bla. Esta presentación me aburre y lo hago saber con mi gran bostezo.

Con eso gano la atención de todos y el miedo de los diseñadores e ingenieros que estaban trabajando en esos patéticos diseños.

—¡Oh! No se preocupen por mí, sigan con la reunión, yo aprovecharé de tomar una siesta mientras ustedes están en eso.

Todos los presentes abren los ojos asombrados, pero ninguno se atreve a decirme nada. Nadie se mueve, ni siquiera respiran. Le agrego mucha más tensión cuando estiró ambas piernas y las coloco por encima de la mesa mientras me acomodo en mi silla para dedicarme a tomar mi siesta, dándoles a ver que no bromeaba con lo que dije.

—Eh… Señor —Escucho tartamudear al ingeniero que está haciendo la presentación—. ¿Hay algo que quiera acotar? ¿Quiere que corri…

—¡No! No me hagas preguntas. Continua con tu presentación.

—Pero…

—¡Dije!... Dije que continuaras.

Lo amenazo con la mirada y él no le queda otra que obedecer. Desde aquí puedo ver como los dos ineptos tiemblan y comienzan a sudar del miedo. Los dos continúan con su presentación, obligados, ya no se siente la confianza que tenían hace un momento. Me dedico a tomar mi siesta y si que la necesitaba. Ser el CEO de una empresa automotriz y armamentista no es tarea fácil.

—Pst… Noah… Pts.

Siento la fastidiosa voz de mi secretario y no me queda de otra que abrir los ojos. Descansé bastante, lo siento por mi cuerpo, que está bastante pesado. Froto mis ojos con calma y estiro mi cuerpo para poco a poco ir despertando. Por fin miro a mi alrededor y me percato que todos aún se encontraban en la sala. La presentación de esos mediocres habían acabado y esperaban a que dijera algo.

—¿Ya dejaron de perder el tiempo?

Los dos hombres bajan la mirada de inmediato. Los veo fijamente por unos minutos y me dedico a dar mi más humilde opinión. Me dedico a demostrar una vez más porque en este sistema me llaman Beelzebub.

—Díganme algo… ¿Eso que acaban de presentar es digno de unos profesionales? — silencio absoluto—. Creo que mi hermano de siete años lo haría mejor que ustedes. ¡Está es la presentación más patética que he encontrado! ¡Puras copias burdas de diseños de Ferrari, Bugatti, y para variar, lo fusionaron con la mecánica de los Volkswagen!

Lanzo por el aire la presentación impresa que se me había entregado. Mis fosas se abren y se cierran con exageración, doy la impresión de que soy un toro. Me levanto de mi asiento con firmeza y piso fuerte hasta llegar al lugar donde ellos se encuentran.

—Siéntense —ordeno—. Y observen lo que es una verdadera presentación.

Los dos hombres se sientan y le hago una seña a mi secretario para que comience a proyectar el diseño del nuevo modelo de auto que vamos a lanzar. No he comenzado a presentarlo, pero ya sé que toda la junta los va a aprobar, siempre tengo un ojo clínico para este negocio.

—Autos lujosos, son los modelos que todas las empresas se esfuerzan por conseguir. Pero todos ellos tienen un punto débil. ¡Son frágiles!, para poder hacerlos rápidos, tuvieron que utilizar elementos livianos… y por ende débiles. Lo sabemos por experiencia, porque nosotros mismos los fabricamos y los autos MAYER, ¡Nosotros!... Nosotros no tenemos nada que envidiarle a la VMW. Pero creo que es hora que atendamos un mercado que cada vez más está creciendo… Los empresarios. ¡Esperen! Antes de que piensen en algo, dejen que les aclare. No son cualquier empresarios, sino esos empresarios que en cualquier momento viven con una amenaza de muerte. Esos hombres que salen de su casa blindada a su auto y de su auto a su empresa… Esos empresarios que tienen como quince guardaespaldas. ¡A esos hombres! Es que vamos a inspirarnos. No solo con un auto blindado… Sino con un auto elegante que los representen… Señores… Aquí les presento el auto que nos hará subir exponencialmente.

Las imágenes se proyectan y no me molesto en hablar, es mi secretario quien se encarga de dar los detalles de los dos diseños de auto que he venido preparando desde hace unos meses.

Veo el rostro de los presentes y es notoria su expresión de asombro y satisfacción. Y como no estarlo si les presenté un modelo, deportivo, elegante y con un sistema de seguridad impenetrable. Hasta el diseñador y el ingeniero se quedaron asombrados.

La presentación finalizó y solo me quede a recibir los halagos y las felicitaciones por el buen trabajo. La aprobación fue unánime, todos quedaron fascinados.

En cuanto a los dos inadaptados que entregaron un diseña tan patético…

—Señor Alvares, Señor Fisher… Gracias por sus servicios prestados, pero ya no requerimos de ellos. Mi secretario se encargará de darles su merecida liquidación. Que tengan una excelente vida. Adiós.

Suelto mis palabras delante la junta y esas son las últimas cosas que digo en esa reunión. Me marché del lugar y todos se despidieron de mí con respeto y yo ni me molesto en contestarles.

—Te pasaste de odioso. Su presentación no fue tan mala, no creo que haya sido necesario despedirlos.

Me detengo en seco y miró con frialdad a mi secretario, que a veces se le olvida que aquí no somos primos, sino empleado-jefe.

—Está bien — alza ambas manos—. Solo decía, pero usted es el que manda.

Continúo con mi camino y llego a mi oficina para continuar con mi trabajo.

—Noah… Ahora que el diseño del auto está aprobado… Crees que eso mejorará las cosas. Tu vida aún está...

—¡Shhhh! —Lo callo de inmediato—. No quiero escucharte hablar de eso. Es más, que haces perdiendo el tiempo y no estás haciendo lo que te corresponde.

—¡Ushhh! Pero qué humor. ¿Cuándo va a llegar Helena? La necesito cerca para ver si te calma un poco.

—¡Tu pequeña saban…

El sonido de mi celular impide que le lance el adorno que estaba a punto de lanzarle. Bajo la mirada y me encuentro con que la mujer más hermosa del planeta estaba llamándome en ese preciso momento.

—¡Jummm! Por esa sonrisa creo que invoqué a la reina de Saba.

—Se dice el rey de Roma.

—Como sea. El punto es que te cambio la cara. Te dejo para que puedas hablar con… Tu cuchurrumi.

Peter, mi primo, se marcha no sin antes hacerme muecas de burla. Ignoro su ridículo comportamiento y me concentro en atender a la mujer de mi vida.

—Hola amor. Muy buenos días hermosa —le hablo con melosería.

—Hola cariño, muy buenos días. ¿Cómo te fue en la conferencia?

—¡Excelente! Aprobaron un modelo que había diseñado.

—¡Genial! Te felicito… Eso quiere decir que estás de buen humor… ¿no?

Conocía a Helena desde hace muchísimos años, sabía identificar sus intenciones por tan solo escuchar su tono de voz... Y está vez… Está nerviosa y el hecho de que pregunte por mi humor eso quiere decir que va a decirme algo que me pondrá de mal humor.

—¿Qué sucede Helena? ¿Qué es lo que tienes que decirme?

—¿Tan obvia soy?

—Sabes que no puedes ocultarme nada

Helena suspira profundamente, como si intentara llenarse de valor.

—Por favor, no te vayas a enojar… Pero no podré viajar contigo.

—¿Qué? ¿Por qué no?

—Porque… Porque en este preciso momento voy a montarme en un avión… Rumbo a Francia.

—¡¿Francia?! Helena… Me estás jodiendo. ¿Cómo que te vas a Francia?... Sabes, ese no es el problema… ¿Por qué dices que no podrás acompañarme en el viaje? ¿Cuánto tiempo te vas a quedar por allá?

—¡Lo sé! Sé que me comprometí contigo, pero… No puedo dejar pasar está oportunidad.

—¿Qué oportunidad?

—Si me dejas hablar, quizás te pueda explicar.

Suelto un bufido y alejo el celular para relajar mi respiración y no mostrarme como un ogro ante ella.

—Está bien, perdón. Dime todo lo que sucede.

Un minuto de silencio incómodo se hace presente y es cuando ella decide hablar.

—Voy a audicionar en una obra… La Celestina… Voy a audicionar para el papel de Melibea.

Ella termina de dar su explicación de motivos y yo me quedo en silencio, solo por unos segundos.

—¡¿Es en serio?!... ¡Eso es genial, Helena! ¿Por qué no empezaste diciendo eso? Por supuesto que te voy apoyar. Es más… Debiste haberme dicho antes y me encargaba de que fueras a Francia en mi Jet privado. ¿Por qué no me lo dijiste antes?

La verdad no entiendo porque Helena reacciona de esa manera. Por supuesto que la iba apoyar, siempre la he apoyado en su carrera como actriz, no entiendo porque hay tanto misterio por esto.

—Ehh… No lo sé… Solo, estaba nerviosa. Sabes como soy.

Si, te conozco tan bien que ya me di cuenta que hay algo más que no me estás diciendo.

No se que más oculta Helena, pero no voy a presionarla, dejaré que ella me diga las cosas en el tiempo que ella considere conveniente.

—No tienes porque estarlo. Sabes perfectamente que siempre te apoyaré. Te amo, mi flor de primavera.

Escucho su sonrisa.

—Te amo mi sol de verano.

—Lastima que no podré despedirme, espero verte pronto, creo que tendré que organizar un viaje a Francia.

—Está bien, allá te esperaré —suelta entre risas.

Dejamos el tema a un lado y comenzamos a hablar de temas más triviales. Se pasan las horas volando cuando hablo con ella. Apenas cuelgo la llamada siento un vacío en el pecho… Si que la iba a extrañar… Y más ahora que tenía todo este viaje planeado para dar el gran salto.

Brrr.

Mi celular vuelve a vibrar y cuando veo, es un mensaje de una joyería en Los Ángeles.

“Querido señor Mayer, el anillo de compromiso que solicitó ya está disponible. Cuando desee puede venir a retirarlo”

Si… Iba a pedirle matrimonio a la mujer que me ha acompañado por tantos años, a mi mejor amiga, a la mujer que le entregué mi corazón y esperaba que fuera la madre de esos hijos que tanto anhelaba en estos momentos.

¡Pero bueno! El show debe continuar.

Salgo de mis oficinas y me dirijo al estacionamiento donde se encuentra mi chofer y mi guarda espalda, ambos hombres de mi entera confianza que van a donde yo voy. Recuerdan que hablé de esos empresarios que necesitan extremada seguridad… Pues, soy uno de ellos.

—¿A dónde vamos ahora jefe?

—Vamos a la joyería Tiffany. Tenemos un anillo que recoger.

—Sí señor.

[...]

Salgo de la joyería con el hermoso anillo que yo mismo diseñé inspirado en Helena y me detengo a observar la cajita con tela de terciopelo color jade y sonrío, porque sé que todo el diseño representa a mi futura esposa.

Ahora más que nunca siento que mi futuro es brillante. Camino hasta el auto, pero por alguna razón siento que el día es tan hermoso, como para dar un paseo en el parque que estaba cerca de aquí. Hago caso a mis instintos y camino lentamente mientras respiro del delicioso aroma de las flores primaverales.

Me siento tan fresco que vengo caminando con la cajita en la mano lanzándola en el aire suavemente mientras camino. Estoy tan relajado que mis reflejos no perciben cuando una bola de tenis venía en mi dirección impactando en mi mano y… Y haciendo que la caja donde estaba el anillo de ¡Dos millones de dólares! caiga.

Veo como el anillo cae al suelo y volteo para fulminar con la mirada a la persona que lanzó la pelota. Eran unos jóvenes, que apenas me vieron se espantaron. No les presto atención y doy media vuelta para recoger el anillo… Pero… Creo que fue muy mala idea llegar a este lugar, porque un maldito perro coge la caja como si fuera una pelota y sale corriendo con ella.

—No, no, no, NOOOO. ¡Ey! Detengan a ese perro!

¡Si!... Un perro sale corriendo con mi anillo que costó ¡Dos millones de dólares!

—¡Detengan a ese perro!

No solo soy yo corriendo detrás del perro, también lo está mi chofer y mi guarda espalda. Los tres perseguimos al perro por todo el parque y da la impresión de que en realidad estuviéramos entreteniendo al can, porque este nos corretea feliz de la vida.

Siento que mis energías no dan para más, pero el hecho de pensar que ese anillo costó tanto dinero y todo el proceso que implica mandar hacer otro… Eso es la suficiente energía que necesito para continuar corriendo detrás de ese perro miserable.

En un momento cuando creo que todo está perdido, escuchó un silbido… Un silbido que sin lugar a dudas es mi salvación, ya que el perro se detiene y va en dirección a la persona que lo llamó. Era una mujer menudita. El can llega a su lado y la mujer le acaricia para rápidamente quitarle la caja de la boca, toma una especie de galleta y la lanza lejos para que el perro la persiga.

Me acerco rápidamente a donde se encuentra la mujer y le digo exhausto.

—Disculpe — me cuesta respirar—. Pero eso me pertenece.

—Me imagino… Ver que persiguiera a un perro con tanto desespero quiere decir que es algo importante.

La mujer tiene una voz muy dulce, extremadamente dulce diría yo. No entiendo porque su sonrisa angelical es tan contagiosa, ¡Es más! la verdad, no entiendo, porqué está sonriendo ¿Se está burlando de mi?

La mujer de cabellos rizados mira la caja, saca de su bolsillo una toalla y trata de limpiar la baba del perro que quedó adherida a la caja.

—Creo que tendrá que lavar la caja, la baba de los Golden son muy apestosa a veces.

La mujer me extiende la caja sin ninguna pizca de desconfianza y con una sonrisa no solo en sus labios sino en su mirada. ¿Cómo alguien puede transmitir tanta bondad?

Tomo la caja y por algún motivo desconocido, sentí un corrientazo en mi cuerpo cuando rocé sus dedos. Me quedo perplejo y sin palabras ante aquella diminuta mujer. Ella no deja de sonreír hasta que ve la hora.

—¡Oh! Por Dios, es muy tarde. ¡Adiós! Evite que otro perro se robe su caja.

La mujer tomó un montón de cafés que tenía en una caja y sale corriendo con un montón de bolsas que tenía encima. No me dio oportunidad de reaccionar, no me dio oportunidad de detenerla y agradecerle por la ayuda y mucho menos me dio la oportunidad de ayudarla o tan siquiera… Tan siquiera preguntar por su nombre.

Solo vi la graciosa imagen de esa diminuta mujer corriendo como una comiquita con más peso de lo que su cuerpo podía aguantar. Creo que jamás podré olvidar esa divertida imagen en mi vida.

—Te fuiste sin darme la oportunidad de agradecerte, mujer chistosa… Espero que el destino se encargue de pagarte por la ayuda que me diste hoy.

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