Cosmos y yo nos quedamos mirándonos el uno al otro. Contemplando, el cómo aquella luz brillante y pura, había hecho desaparecer al alma en pena frente a nuestros ojos; demostrándonos, que esta, en realidad aún funcionaba.
—¿Todavía quieres entrar ahí? —Cosmos se tensa y mira la luz sin parpadear; apreciando lo...