—¡Por la diosa Luna! ¿Y si sigue enojada y se fue de la casa por eso? —insiste Paula, afectada y preocupada.
—Tranquila, madre, ella está bien —La voz serena de Ragnar la asusta más que darle consuelo.
—¿Cómo puedes saberlo con exactitud? Ella aún no conoce la ciudad, puede pasarle algo...