—Por cierto— Me giro un poco hacia él. —¿Debería decirle por su nombre? Para ser honesta, no me siento cómoda diciéndole así.
—Es lógico que me hables por mi nombre, Astrid— Ríe entre dientes mientras niega un poco con la cabeza. —Eres mi “novia” sería extraño que me llames Señor Baker...