NARRA ALEXANDER
Me acosté al lado de Alessa que en ese instante estaba amamantando a nuestro hijo, aproveché para acariciar esas pequeñas mejillas rosaditas y ver como su boquita succionaba el pecho de su madre y sus manitas amasaban. Estaba extasiado de ternura, era mi último hijo, porque el cardiólogo nos...