Esa noche, mamá no durmió con mi hermana como solía hacerlo, sino que se acostó en mi cama, tratando de sentir mi última esencia.
Si hubiera sido antes, me habría acurrucado en sus brazos, deseando sentir el calor que siempre anhelé. Pero ahora, ya no lo deseo. Siento cómo mi alma...