Aquel tejado blanco, eso era todo lo que miraba mientras su mente enteramente rota, divagaba entre fantasías de venganza que deseaba ver cumplir.
—¿Sera tu cuello roto entre mis manos? ¿Una bala justo en medio de tus cejas? ¿Sera una tortura inimaginable hasta verte suplicar por morir? ¿Qué será? ¿Qué será?...