Me dolía la cadera por estar demasiado tiempo en un mismo lugar y quería darme la vuelta, pero la cabeza me pesaba demasiado. Gemí mientras me forzaba a ponerme de espaldas, cada centímetro de mí protestaba por el movimiento.
«Nunca, nunca más», murmuré para mis adentros.
—¿Debería recordarte eso cuando estés...