Horas después…
—Señora Elizabeth, ¡Por fin llegó! La llamé a su celular pero no me respondía, entonces decidí llamar a Alfredo y el me contó todo lo que pasó en la mansión.
—Si Alicia, fue horrible, todavía no lo puedo creer, ambos son unos sinvergüenzas. ¿Pero para qué me llamabas?...