Chapter 3

Summer Firefly 552 words

Lamentablemente, cuando supe todo esto, ya me había enamorado de Tristán.

Para entonces, ya habíamos registrado nuestro matrimonio, y yo, que nunca había sido muy cercana a mi familia, decidí llevar a Tristán a casa.

Ese día, toda la familia estaba reunida, incluida Luz.

Con mi naturaleza sensible, no pude evitar notar la atmósfera completamente diferente entre ellos dos.

También noté que mi esposo, siempre tan sereno y seguro, estaba por primera vez tan nervioso como un niño indefenso.

Mi intuición femenina me decía que estos dos se conocían, y que había una historia entre ellos.

Con esta sospecha en mi corazón, mi mente no dejaba de dar vueltas, llena de inquietud y ansiedad.

No tardé en preguntarle directamente a Tristán.

Pero cada vez que tocaba ese tema, él instintivamente lo evitaba o hábilmente cambiaba de conversación.

Nunca conseguí respuestas claras.

Sin embargo, no le di demasiada importancia, al fin y al cabo, él me trataba realmente bien.

Tristán era como esos maridos perfectos que se describen en internet: siempre atento y considerado, me dejaba sus tarjetas de salario y de banco, y me informaba voluntariamente de su itinerario diario, compartiendo todos los detalles de su día a día.

Aprendió a cocinar por mí, y hasta un hombre tan rudo como él se las ingenió para aprender a trenzar el cabello...

Siempre me consentía, comprándome un pastelito cuando me sentía triste.

Todos los días, al llegar del trabajo, traía consigo un ramo de flores.

Por las noches, paseábamos juntos de la mano, llevando a nuestro perro al parque del vecindario.

A veces, mientras miraba las estrellas en el cielo, deseaba con todas mis fuerzas que esos días felices nunca terminaran, que esta dicha pudiera durar para siempre.

Pero entonces apareció Luz.

Ella irrumpió en nuestras vidas con su depresión.

Cada vez que venía a nuestra casa, aparecían nuevas cicatrices en sus brazos, y Tristán siempre se quedaba mirando esas heridas, perdido en sus pensamientos.

Luz empezó a venir cada vez con más frecuencia.

Hasta que un día, cuando Tristán no estaba, se acercó a mí con el rostro cubierto de lágrimas y me dijo: —Pecadora, de verdad me arrepiento, ¿puedes devolverme a Tristán?—

Fue en ese momento cuando descubrí que habían sido el primer amor del otro.

Al escuchar las palabras de Luz, no pude evitar sentir una risa amarga. ¿Cómo se supone que uno entrega a otro ser humano así como así?

Desde pequeños, por la delicada salud de Luz, cada vez que él pedía algo, mis padres siempre me obligaban a ceder.

Tal vez ambos nos acostumbramos a ese patrón: él pidiendo sin cesar, y yo cediendo una y otra vez.

Pero esta vez no me rendiré.

Esto no es un simple objeto, ni un juguete nuevo, ni una prenda bonita.

Es la persona a la que amo con todo mi ser, con un amor apasionado y sincero.

¿Cómo podría, con una sola palabra de Luz, entregar mi amor sin más?

Esta vez no la escuché; simplemente decidí que Luz no estaba en su sano juicio...

Previous Next
You can use your left and right arrow keys to move to last or next episode.
  • Previous
  • Next
  • Table of contents