—Dime, Zahira. ¿Cómo te hubieses sentido de haber estado en mi lugar? —inquiere girando su cabeza y colocando sus hermosos ojos de color verdes, en los míos.
Furiosa... eso de seguro, decepcionada, dolida y por último destrozada, pero no pienso decirle eso, aunque ella ya debe suponer mi respuesta.
—No habría sabido...