Punto de vista de Elle
Camino hacia el comedor con mi ropa habitual, unos pantalones deportivos y una camiseta, y paso junto al alfa, el beta y el gamma, que se dirigen a la oficina del alfa para discutir asuntos de la manada; asiento ante los tres y continúo hacia el comedor, donde encuentro a la luna sentada en su lugar de siempre, bebiendo su café y leyendo el periódico. Como Damon ha estado fuera durante el verano, hemos comido la mayoría de veces juntas, casi todos los días, el alfa está muy ocupado, así que él tampoco nos acompaña.
Sé que Olivia extraña a su hijo, pero mentiría si no dijera que me alivia su ausencia, mis vacaciones de verano terminan oficialmente mañana, y una vez que él regrese, junto a Andrew y Matt, mi infierno regular se reanudará; así que estoy decidida a hacer que este día sea mágico, pasaré mi tiempo leyendo junto a la piscina, viendo Bridgerton en Netflix y comiendo el helado de canela casero que prepara Helena.
"Buenos días, querida", me saluda Olivia, levantando los ojos de su periódico.
"Buenos días, luna", le digo con una cálida sonrisa mientras me siento en mi lugar de siempre, pero de repente, la puerta del comedor se abre, las parejas del beta y el gamma entran, y toman los asientos en los que suelen sentarse cuando cenan aquí.
"Buenos días, luna y Elle", dicen al unísono, están aquí para desayunar con nosotras, lo que ocurre de vez en cuando, pero más a menudo ahora que sus hijos están en el entrenamiento con Damon; sé que estas mujeres solo nos visitan más seguido porque extrañan a sus hijos, pero yo no extraño a ese diablo y a sus demoniacos amigos.
Nunca lo admitiría ante nadie de la manada, pero el verano sin ellos y sin la escuela ha sido un regalo de la diosa; la peor parte es que he tenido un tiempo muy transformador, pero nadie se dará cuenta cuando la escuela comience de nuevo.
"Elle, ¿estás emocionada por comenzar la escuela mañana?", Sam, la pareja del gamma, pregunta con una dulce sonrisa en sus labios; nunca he entendido cómo es que estas hermosas mujeres criaron hijos tan horribles, en serio es alucinante y no logro comprenderlo.
"Honestamente, no estoy muy emocionada", la miro y se me ocurre una idea brillante, quizá podría usar la ausencia de Damon para terminar el verano con un verdadero cambio.
"Ay, ¿y por qué no?", pregunta la pareja del beta mientras unta su pan con mermelada.
"Estaba demasiado ocupada disfrutando el verano, y no me tomé ni un segundo para darme cuenta de que ya no soy ese marimacho que se mudó aquí hace cinco años. Debería haberme enfocado en actualizar mi guardarropa en lugar de pensar en hacerlo un día antes de que comiencen las clases", esbozo una expresión tímida mientras miro la mesa, avergonzada, y nos quedamos en silencio.
Finalmente, la luna se ríe: "Ay, gracias a la diosa, he tenido ganas de tirar toda tu ropa desde tu primer año de secundaria".
"¿Qué?", pregunto, completamente perpleja, ese pequeño b*stardo astuto nos ha puesto en contra sin que lo sepamos; creí que la luna había estado de acuerdo con esas estúpidas reglas.
"Elle, te amo como a mi hija, pero odio mucho tu ropa, eres una chica hermosa escondiéndose bajo esa ropa holgada", dice Olivia con una pequeña sonrisa mientras señala el atuendo que llevo puesto en este momento.
"¿Por qué no dijiste nada antes?", le pregunto, mi voz suena un poco molesta, pero no es con ella, sino conmigo misma por creer todo lo que había dicho ese idiota.
"Bueno, no quería imponerte una imagen corporal a una edad tan temprana, tu comodidad era más importante que tener mi mismo gusto en la ropa", dice Olivia, envolviéndome para darme uno de sus clásicos abrazos de oso: "Además, pensé que pedirías una actualización de tu ropa cuando en verdad la quisieras", agrega la luna, dándome un último apretón antes de volver a sentarse.
"Bueno, entonces oficialmente te estoy pidiendo un cambio de imagen", les digo, con la sonrisa más brillante que tengo, a las tres mujeres que están sentadas a mi alrededor, haciendo que chillen de histeria; sé que las tres me acompañarán, porque son mejores amigas que hacen todo juntas y les encanta ir de compras; las tarjetas de sus maridos pueden comprobarlo.
"Está decidido, ¡iremos de compras mañana!", exclama la luna mientras las demás aplauden y hacen planes; me dejo contagiar de su entusiasmo hasta que me doy cuenta de que hay un problema con este plan.
"Pero luna, la escuela comienza mañana", explico.
"Querida, eres una estudiante sobresaliente, y eso que estás en clases avanzadas, tienes asistencia perfecta y puedes darte el lujo de tomarte este día libre. Créeme, estoy más que dispuesta a dejar que faltes a la escuela si es para que por fin pueda ir de compras contigo".
"Sí, Elle", agrega Sam: "Eres prácticamente una niña genio, ¿quién más podría diseñar el código de seguridad para la manada? Sé que podrás entrar a la universidad que quieras, y que te saltes el primer día de clase no va a afectar eso, recuerda que es importante vivir la vida y divertirse, solo serás joven una vez".
"Está bien", digo emocionada: "Pero yo tomaré la decisión final sobre la ropa, tiene que encajar con mi personalidad", tenía que establecer límites ya, antes de que estas mujeres comenzaran a tomar decisiones; quiero que mi ropa nueva me ayude a expresar mejor quién soy como persona, y no que me reinventen por completo.
"¿Entonces cuál es el plan?, ¿a qué hora vamos al centro comercial mañana?", le pregunto a la luna y a las demás para idear un plan de la mejor manera posible y evitar a Damon; él volvería esta noche, y probablemente tarde, o eso fue lo que escuché del alfa cuando entré al comedor esta mañana.
"No vamos a ir al centro comercial del pueblo para nuestro primer viaje de compras juntas, es mejor ir a la ciudad; son un poco más de tres horas en auto desde aquí, así que debemos salir temprano para evitar el tráfico, tener todo el día para comprar y regresar aquí a una hora decente para ver a los chicos", dice Olivia con convicción.
"¡Podemos almorzar en la ciudad!, he leído sobre algunos de los nuevos restaurantes que abrieron, han recibido críticas muy buenas; hay tres que son propiedad de lobos, y el dueño de uno de ellos es de mi antigua manada, así que intentaré llamarlo para ver si nos da una reserva", dice Ashley, la pareja del beta, sacando su celular para llamar.
"No, mejor reservemos en la taberna Gramercy", le dice Olivia con una mirada que indica que no debe cuestionarla; Ashley se aleja para hacer la reserva en el restaurante solicitado, pero su mirada dice que hubiera preferido comer en otro lugar.
¿Por qué?
"Ya que estaremos en la ciudad, deberíamos ir a hacernos la pedicura y la manicura", interviene Sam, tratando de distraerme de ese extraño momento entre Olivia y Ashley: "¿No te parece divertido?"; respondo simplemente asintiendo, mi mente sigue distraída por lo que pasó entre esas dos mujeres.
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Punto de vista de un desconocido
En una oficina con estantes de libros a lo largo de la pared del fondo, un hombre de mediana edad con cabello negro y algunas canas está sentado en un gran escritorio llenando papeles, y una música suave suena en el tocadiscos a su espalda, cuando de repente el teléfono comienza a sonar.
"Hola", dice el hombre con una voz dura y áspera, como si fumara un paquete de cigarrillos cada día: "¿En qué puedo ayudarlo?"; no sentía necesidad de presentarse, si la persona había llegado hasta aquí, obviamente sabía con quién hablaba, quizá era arrogante, pero no hacía falta presentarse.
"Señor, soy Ángela", dice una mujer que él sabía que trabajaba en la taberna Gramercy, porque él la había puesto allí; como una omega, era su deber hacer lo que él le decía, sin importar lo que ella quisiera: "Hay algo que creo que le gustaría saber".
"Habla", dice, cada vez más irritado porque ella no iba al grano: "¡No tengo todo el p*to día, p*rra!"; los gruñidos hacen estremecer a la mujer, y el lobo del hombre disfruta de su debilidad. "No hasta que me prometas que me dejarás ir con mi pareja, vamos a abandonar la manada", dice ella, revelándose un poco por primera vez en todos estos años.
"¿Por qué lo haría?", pregunta él, poco convencido de ceder ante su petición. "Porque sé dónde está lo que más quieres en este mundo, y si no aceptas, me cortaré la garganta ahora mismo", la voz de Ángela era dura e implacable.
"Bien", acepta a regañadientes: "Dímelo ahora", y Ángela no pierde el tiempo para decirle que la luna de la manada New Moon había venido a almorzar a la taberna con sus mejores amigas y una chica adolescente; pero eso no le importaba al hombre en lo absoluto, y era de conocimiento público que Olivia era una mujer inútil y adicta a las compras.
No fue hasta que la mujer describió a la chica que él comenzó a recostarse en su silla, interesado en lo que le decía. "Esta chica, ¿cuántos años dirías que tiene?", pregunta.
"No más de 18 años", responde Ángela: "Estará en el baile de cumpleaños del alfa Damon".
"¿Y se parece a Cynthia?", vuelve a preguntar.
"La viva imagen de nuestra lu...", pero el hombre la hace detener en seco con un gruñido, y ella se da cuenta de su error. "Esa p*rra ya no es tu luna, no lo olvides. Sal de mi territorio mañana al amanecer, puedes llevarte a tu pareja", vuelve a gruñir antes de colgar el teléfono.
Después llama al beta y a su hijo a la oficina, los mira con una mueca de alegría en su rostro, aún exaltado por la noticia que acaba de recibir: "Lleva al omega Edward Fisher a la frontera al amanecer, y cuando veas aparecer a su pareja, Ángela, para llevárselo, mátalo y luego mátala a ella".
"Sí, alfa", responden ambos hombres con rostros inexpresivos y sin sorprenderse por la solicitud.
"También dile a mi yerno favorito que venga", dice mientras se sirve un vaso de whisky, sin importarle que casi llena el vaso: "Tengo un nuevo lugar para que visite", y luego le da un largo trago a la bebida.
Lo que más deseaba por fin estaba a su alcance, y no tardaría mucho en conseguir todo lo que alguna vez perteneció a su peor enemigo.