La curiosidad me mataba, así que nos paramos afuera a escuchar, fueron conversaciones, juegos, amoríos de universidad hasta cuando el señor Alexander dijo.
—Oye Danko ¿te acuerdas cuando me mandaste con ese stripper a que me lo folle?
Ambos abrimos la boca de desconcierto y sorpresa, pero seguimos escuchando porque mi papá...