Al llegar al bar gay nos apeamos los dos de la moto y los que estaban en la parte de afuera no tardaron en silbar y lanzar piropos a Alexander.
—Danko ¿quién ese hermoso? ¿Puedes prestármelo?
—Rusito bello, esta buenote tu compañía, mmmm
—Oye, cada vez que vienes traes cosas buenas para darnos...