-Señorita, no puede salir.
-Debo irme, ¡sal de mi camino!
-O me dejar ir, o te aseguro que tendrás graves problemas con el señor Ronald.
-Lo siento, por su seguridad no puedo permitir que se marche.
-¡Hazte a un lado!, ¡no necesito que nadie me proteja!
-¿Qué sucede aquí?, preguntó Matthew al escuchar sus...