«Ahí viene esa mujer, no se acerquen»
«No puedo creer que el alfa la haya marcado»
«Lleva a los niños dentro de la casa, que ella no los vea»
«¿Qué querrá por aquí? Pensé que el alfa la mantenía encerrada en la mansión»
«Esa mujer no debería andar suelta»
Miles y miles de voces empiezan...