Eisheth sonríe con sus ojos fijos en los de Selene. Inés sigue llorando y eso la irrita en demasía. No puede creer que esa enana haya podido atraparla y que aparte de todo, la esté amenazando con su propia daga. ¡Es una verdadera inútil!
—Ven por ella, monstruo. —Selene la...