La expresión en el rostro de Dominik le caló hondo en el corazón. Se le llenó de luz y esperanza, aunque sus palabras fueron otras.
—Eso es... imposible. No tienes que ser así de cruel conmigo, Annabeth. ¿Cómo...? —preguntó, pareciendo sumirse en sus pensamientos.
—Pues es muy posible y mi doctora me...