Una puerta se azota con fuerza y el sonido me despierta. Sin embargo, no puedo moverme, pues estoy atada. Me remuevo con impaciencia, debo salir de aquí, debo esconderme, es lo que debo hacer siempre que llega. Lucho contra las ataduras, pero solo consigo lastimarme las muñecas y los tobillos.
Mi...