Chapter 4 Un nuevo día. Lizbeth

Elizabeth Soto 1.6k words

Desperté cuando la alarma de mi móvil sonó en la pequeña mesita junto a la cama, estiré la mano y lo apagué, entonces, al sentarme en la cama los recuerdos de la noche anterior llegaron como una avalancha a mi mente cuando vi al hombre dormido a mi lado en la cama, su rostro tenía una expresión de completa paz, sentí mis mejillas calentar, negué con la cabeza, solo había sido una “aventura”, él se había metido en mi carpa, él me había pedido besarme, él me había pedido tocarme, no tenía nada de que avergonzarme. Me levanté con cuidado de no despertarlo, ya que a pesar de que me había dicho a mí misma que no tenía razón para sentirme avergonzada, lo cierto es que no estaba preparada para una conversación mañanera pos-sexual con un desconocido, me vestí rápidamente y terminé de recoger mis cosas, cuando estuve lista para irme me permití darle una última mirada, era hermoso de una forma extrañamente salvaje, Caroline iba a pedirme una imagen luego de que le contara lo sucedido… por qué iba a contárselo, era mi mejor amiga… mi hermana en realidad. Saqué mi móvil y le tomé una fotografía rápida, quise tocar su cabello, anoche también había sentido el impulso de tocarlo, pero incluso ahora, me parecía ambicioso. Tome mi enorme mochila de viaje y salí de la carpa, avancé por el camino delimitado, el resto estaba cubierto por enorme maleza, a unos metros ya me esperaba Erick junto a un coche negro, era el doctor en jefe, debía estar cerca de los treinta y ocho, era atractivo y amable, con una sonrisa cálida que hacía sentir bien a la mayoría, a mí, me ponía nerviosa el contacto visual con la mayoría de las personas, incluyéndolo a él.

—Doctora Lily— me llamó por mi apodo, la verdad, nadie sabía los nombres reales del equipo médico que iba de voluntario, todos eran de distintas partes del mundo, una buena forma de mantener el anonimato, así que, su nombre ni siquiera debía de ser Erick y solo la sede central de la ONU conoce los nombres de los doctores en los equipos— Espero que haya disfrutado el tiempo aquí con nosotros. — dijo con su particular sonrisa— siempre es bueno contar con su ayuda cada año —dijo el hombre, — yo … —se aclaró la garganta, yo mantenía mi vista fija en el coche mientras metía las cosas en el asiento de atrás, me ponía nerviosa su presencia — yo me preguntaba si fuera de aquí podríamos… vernos. — dijo finalmente. Mis ojos se mantuvieron en la ventana polarizada.

—No, utilizo todas mis vacaciones para este periodo de voluntariado, no tengo más días libres durante el año para seguir con la caridad.— dije tranquilamente, pues era verdad, amaba a Caroline y por eso estaba ahí, pero el resto de mis tiempos libres, se los dejaba a la investigación. — nos vemos el próximo año Erick.— dije comenzando a entrar en el coche cuando me detuve.

—No… yo me refería… a …— suspiro, levanté la vista hacia su rostro, sus ojos algo apagados, una sonrisa corta, y su mirada algo perdida, se veía … Resignado.

—por cierto..— recordé y me esforcé por mantener la mirada, él volvió sus ojos hacia mí y nuevamente se veían con la misma… Curiosidad con la que me miraba siempre. — anoche se metió un hombre herido en mi tienda.— abrió los ojos como platos.— le he puesto algunos puntos, tiene una herida de navaja en el abdomen bajo, ha dormido aquí, así que vendrán por él más tarde. — avisé

—¿Estás bien?, ¿Por qué no avisaste anoche?— pregunto ahora serio y preocupado.

—Eres tarde y lo consideré innecesario. — respondí y claro, después estaba agotada debido al orgasmo, pero bueno, no pensaba darle esa información, hasta yo entendía lo que significaba “hablar de más”. Erick suspiró y negó suavemente con la cabeza.

—Está bien, lo dejaré registrado, ¿Cuál es su nombre?— preguntó y yo abrí la boca, pero no salió nada, no sabía su nombre, nada de él, algo en mi interior se removió incómodo, tenía el impulso de volver a la tienda y despertarlo solo para saber aquella información, aun así, logré mantener mis pies en su lugar. Erick enmarcó una ceja —¿No lo sabes?— preguntó incrédulo.

—No lo necesitaba para curarle, así que no pregunté y él no me lo dijo. — dije mirando la punta de mis pies, sintiéndome algo torpe, aún tenía demasiadas deficiencias emocionales, razón por la cual sigo sin buscar una relación a largo plazo. Erick río y levanté la vista, acarició mis cabellos en un gesto cariñoso que no dejaba de acostumbrarme, di un paso para atrás incómoda, y Erick suspiro, pero su sonrisa se mantuvo.

—Está bien, vete yo lo averiguaré más tarde— dije y con ello solo asentí y me subí finalmente al coche, el conductor comenzó a andar rumbo al aeropuerto y yo saqué mi tablet para comenzar a repasar los casos quirúrgicos que esperaban de mí, en Camboya.

*** Carter

Desperté al escuchar la voz de mi hermano, di un gruñido y abrí mis ojos, la herida en mi abdomen aún dolía y los puntos tiraban, pero era soportable. Sentado junto a la cama, en una silla, estaba William.

—Estás bien.— dijo con alivio mi hermano mayor.— Cárter casi me matas del maldito susto. — se quejó —¿Necesitas ayuda?— preguntó al ver que me comenzaba a sentar.

—Estoy bien— le aseguré— lo siento, pero no esperaba ser secuestrado por un taxista del hotel. — me queje y miré alrededor, no había señal de mi hermosa doctora.

—Lo sé, lo siento — se disculpó, siempre tan correcto.— hablé con el gerente del hotel, aquel taxi no tenía que ver con el hotel, la recepcionista que te atendió está siendo investigada por la policía. — me informó —¿Qué buscas?— pregunto siguiendo mi mirada.

—Nada.— señalé, ella era mía, mi secreto, mi memoria, pero debía de saber su nombre, su número de teléfono antes de irme, no había conocido a mujer tan inusual y comprometida en mi vida, necesitaba conocerla más, su sabor aún persistía en mis labios, menta y miel, la suave textura de su carne hacía que mis dedos cosquillaran en su recuerdo. — vamos. — dije finalmente y lentamente me puse de pie, William se puso junto a mí, probablemente atento por si yo necesitaba ayuda, salimos de la carpa y comenzamos a caminar hacia el Mercedes negro que esperaba, un doctor nos interceptó en el camino.

—Me alegra saber que estás bien, la doctora me advirtió de usted antes de irse. — mi vista se clavó en él ¿Irse?.. ¿A dónde?... ¿Por qué?...¿Por cuánto tiempo? Todas aquellas preguntas invadieron mi cabeza y apreté la mandíbula para no dejar que salieran de golpe de mi boca.

—No pude despedirme de la doctora…

—Lily—señaló el doctor. Lily…

—¿Disculpe, Lily y qué más?, Me gustaría darle mis agradecimientos personales. — dije con tranquilidad, William simplemente me miraba, casi sentía que me taladraba con preguntas sobre mi repentino interés.

—Solo Lily, somos una organización benéfica enviada por la ONU, el anonimato es el beneficio para los doctores que deciden venir, ninguno usa su nombre real, solo la directiva de esta campaña sabe los datos reales del personal, por lo cual, Lily ni siquiera podría ser su nombre —señaló con una particular resignación… ¡Me cago en la puta …!, tuve que maldecir para mis adentros, anonimato… ¡¿Por qué carajos iban a querer anonimato?!… Me obligué a calmarme antes de hablar.

—Entonces, ¿cuándo volverá?, me gustaría visitarla si es …

—oh, probablemente en un año. — dijo tajante y cerré mi boca de golpe— el tiempo de Lily aquí en esta sede se acabó ayer, hoy se marchaba, la recogieron pasada las cinco de la mañana, viene todos los años desde hace seis años. — señaló y yo quería partirle la cara a él y todos los malditos organizadores que pensaron que el anonimato era lo mejor.

—Y debo suponer entonces que no poseen ninguna forma de contactarla… — no era una pregunta como tal.

—No, ninguna.— señaló tajantemente, apreté la mandíbula y sin más abrí la puerta del coche para meterme dentro sin decir una sola palabra más… ¿Por qué se había ido así?, ¿Tan mala impresión le quedó de nuestra noche que se había largado sin querer contactar conmigo otra vez? … Tenía que encontrarla. Al menos para saber porque mierda se había ido sin más.

Unos segundos después subió William a mi lado.

—Carter, ¿está todo bien?— preguntó mi correcto hermano y yo ignoré su pregunta.

—¿Tenemos algún contacto en la ONU?— pregunté, en cambio. Él guardó silencio unos segundos como sopesando mi repentino interés.

—Algunos. Veré qué puedo hacer. — dijo finalmente

—Gracias.

Previous Next
You can use your left and right arrow keys to move to last or next episode.
  • Previous
  • Next
  • Table of contents