Impertinente. Ridícula. Poco profesional. Inmadura. Aquellos eran solo los adjetivos más suaves con los cuales podía describir a la recien llegada, la doctora neurologa pediatrica Caroline Laurent, simplemente daba vergüenza ajena.
La medicina es una carrera solemne y de mucho orgullo, ¿correr descalzo de un lado a otro? ¿Cómo si...