Chapter 4 Mi vecino Max 1

Yajaira Peinado 1.7k words

Melissa

Me levanto temprano como todos los días, voy al baño lavo mi cara y cepillo mis dientes, me coloco un conjunto deportivo, recojo mi cabello en una coleta alta, agarro mi MP3 pongo mis audífonos deleitando mis oídos con las notas de Caramelos de cianuro con Verónica, salgo a trotar como todas las mañanas antes de ir a mi trabajo.

Saludo al portero como de costumbre, es un señor de unos 60 años aproximadamente, desde que me mude hace 5 años aquí lo he visto tomar un café junto a un cachito con jamón y queso todas las mañanas.

Hago el recorrido por toda la acera hasta llegar al parque, le doy unas 10 vueltas a la redonda y utilizo una que otra de las máquinas que se encuentran en el lugar. Me gusta como está la mañana, perfecta para empezar con el pie derecho.

Al cabo de una hora ya estoy de regreso a mi departamento, subo las escaleras y antes de llegar a la puerta tropiezo con mi vecino, sin querer se le caen unas carpetas y se hace un gran desastre con las hojas que salen volando por todo el pasillo.

—Lo siento Max fue sin intención. —lo ayudo a recoger el desastre— Que tonta soy.

—Tranquila preciosa no tienes porque disculparte. —sonríe con picardía— Quisiera tropezar contigo a diario, así me alegrarías la mañana.

Su simple comentario hace que me sonroje, y claro que sí estaría dispuesta a tropezar con él todas las mañanas. Cada vez que lo veo se enciende en mí ese deseo y la adrenalina comienza a recorrer mi cuerpo, en realidad lo que más deseo es ser follada por ese hombre de forma bestial, que me lleve a la galaxia y que me haga olvidar de como me llamo. Inconscientemente muerdo mi labio inferior y al parecer él se da cuenta.

—Mi querida Melissa, no hagas eso frente a mí de nuevo. —sus ojos se oscurecen— No aguantaría las ganas y te follaría en el pasillo.

—Max por favor. —mi barbilla tiembla— No parecen cosas tuyas.

No se como pude articular palabra después de escuchar lo que él me dijo, termino de ayudarlo a recoger los papeles y entró como alma que lleva el diablo a mi departamento.

Me quedo recostada en la puerta por un rato mientras mi respiración se normaliza, las piernas me tiemblan y mis braguitas están empapadas por completo.

Coloco mi MP3 sobre la mesa y camino hacia la nevera para tomar un poco de agua. Dejo el vaso en el fregadero, agarro la greca y pongo hacer café mientras me doy una ducha. La dejo a fuego medio para que me dé tiempo de bañarme.

Abro la llave de agua fría, lavo mi cabello y aplico un poco de jabón líquido en mis manos, enjabono mi cuerpo y cierro los ojos imaginando que mis manos son las de Max quien recorre cada centímetro de mi cuerpo.

Masajeo mis pechos con una mano mientras la otra baja hasta mi centro de placer, metí dos dedos buscando mi botón mágico masajeando en forma circular, acelero los movimientos obteniendo mí placer, no conseguí mi liberación como lo deseaba, pero algo es algo y peor es nada «Creo que voy a tener que comprar un juguete para alivianar la carga».

Salgo del baño y seco mi cuerpo, camino desnuda hasta mi habitación y busco en mi closet la ropa que usaré el día de hoy. Escojo un vestido negro que se ajusta a mi cuerpo, coloco un blaser del mismo color manga corta y lo ajusto en la cintura y calzo mis zapatos de tacon negro.

Recuerdo que deje la cocina encendida y corro apagar el café, por fortuna no provoqué un incendio en mi departamento. Sirvo mi taza de café y la toma a gusto mientras las palabras de Max vienen a mi mente, sin poder evitarlo mis braguitas se humedecen de nuevo «Santa mierda me provoca este hombre».

No se cuanto tiempo sin tener sexo, pero creo que le voy a tomar la palabra a mi querido Max. Al terminar de tomar mi café regreso a mi habitación voy hasta el baño y cepillo mis dientes, peino mi cabello y esta vez lo dejo suelto, aplicó un poco de maquillaje y me aplico un poco de perfume.

Agarro mi cartera, guardo mi celular y salgo de mi departamento. Esta vez me toca tomar un taxi ya que mi auto se encuentra en el taller.

Estoy en la entrada de mi edificio esperando a que pase un taxi, veo mi reloj de pulsera y aún falta más de una hora para entrar a mis labores diarias. Frente a mí se para un auto con los vidrios polarizados y se me hace extraño, de repente se baja el vidrio del copiloto revelando a la persona que lo maneja, no puedo creer lo que mis ojos ven siento que el mundo se paraliza en fracción de segundos.

—Sube preciosa. —guiña un ojo— Te puedo llevar donde tú quieras.

—Gracias Max no quiero abusar. —tengo los nervios de punta.

—¿Seguro que no quieres abusar de mi preciosa? —baja de su auto— Ven no es ninguna molestia para mí llevarte a donde quieras y hacerte lo que desees.

Abre la puerta del copiloto y me hace un ademán para que suba, lo pienso por un rato hasta que me armo de valor y decido subir. Cierra la puerta y rodeó el auto para tomar su puesto de piloto.

Antes de arrancar se inclina hacia mí y está muy cerca para mi gusto, está invadiendo mi espacio y cuando creo que está a punto de besarme tira del cinturón de seguridad y lo abrocha.

—Listo hermosa, ahora si podemos ir donde desees. —toma mi mano dejando un beso en el dorso.

Le doy la dirección de mi lugar de trabajo y pongo el auto en marcha. No sé en qué lugar trabaja, pero me encanta verlo con esos trajes de a la medida que muestran todos sus atributos a la perfección.

Al cabo de 20 minutos me encuentro frente a la compañía Luxury Company, es una empresa que se dedica a la elaboración de material tecnológico, desde celulares hasta las mejores computadoras con la mejor tecnología del mundo, por algo son la número uno en ventas.

Veo la hora en mi reloj y se que he llegado con mucho tiempo de anticipación, pero es algo que no voy a demostrarle a él para que siga su camino y yo pueda controlar mi estado de ansiedad.

—Gracias Max. —suelto el cinturón de seguridad— Espero tengas un excelente día.

—De nada, para mi fue todo un placer. —recorre mi cuerpo con la mirada— Y que no te quepa la menor duda de que tendré un excelente día.

Abro la puerta para salir del auto pero de repente siento que hala de mi brazo y me da un beso en la comisura de los labios, esto hace que me descoloque y siento una corriente atravesar por todo mi cuerpo. A estas alturas mis bragas deben estar super empapadas.

Me suelta y sin más salgo disparada de su auto y camino directo al interior de la corporación sin mirar atrás. En la recepción hago el registro diario y subo al ascensor para ir a la cafetería y quemar el tiempo que me queda de sobra.

Minutos más tarde me percato de que ya es la hora de entrar, al entrar al ascensor marco el número 15 que es piso en donde se encuentra mi departamento de trabajo, me encargo del Marketing de la empresa junto a mi compañera Clarisa.

Tomo asiento en mi escritorio y comienzo a sumergirme entre papeles y correos que tengo pendientes por responder. Nos toca organizar una presentación para mostrarla en la junta que se va a desarrollar el día de hoy.

Todo tiene que quedar a la perfección, vienen nuevos inversores y como de costumbre todo tiene que estar perfecto y sin ningún margen de error. Por fortuna la junta se va a realizar después de hora de almuerzo, esto me facilita mucho más el trabajo. En caso de que no me rinda el tiempo tomaré mi hora de almuerzo para terminar.

(Horas más tarde)

—Melissa date prisa, debemos tener todo listo antes que empiece la junta. —Me apresura mi compañera, ambas sabemos que al jefe no le gustan los contratiempos.

—Dame 5 minutos, estoy terminando de imprimir los últimos documentos para armar las carpetas. —Trato de tranquilizarla, aún nos quedan 15 minutos.

Entramos a la sala de juntas y arreglamos todas las carpetas una por cada puesto incluyendo las de nosotras. Instale el proyector y cuando tenemos todo listo le informamos al jefe y demás asistentes.

Los asistentes van haciendo acto de presencia y toman sus puestos correspondientes, solo hace falta que llegue nuestro jefe junto al nuevo y futuro socio de la corporación.

Las puertas de madera se despliegan dando paso a nuestro jefe, la sonrisa que tengo en mi rostro se borra de inmediato al darme cuenta quien es el nuevo inversor «Es mi querido Max, mi sexy y guapo vecino». Trato de reponerme para que no se noten los nervios, finjo una linda sonrisa para darles la bienvenida y acto seguido comenzamos con la presentación.

Durante toda la reunión no hizo más que desnudarme con la vista, a eso le tengo que sumar los gestos y las insinuaciones que me hacía cada vez que nuestras miradas se encontraban.

«Deseo que esto termine pronto para salir a mi lugar seguro»

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