Chapter 3 Ángel o Demonio 2

Yajaira Peinado 2.0k words

—¿Me concedes está pieza princesa? —pregunta tajante.

Me quedo inmóvil y mi amiga no hace más que abrir los ojos como platos, su mirada lo dice todo y se que la persona detrás de mí es ese mismo hombre que minutos antes me desnudaba con la mirada.

Me giro con delicadeza quedando frente a frente, no puedo negar que es un hombre muy apuesto, Asiento con un movimiento de cabeza y le tiendo mi mano para que la tome, me guia a la pista de baile.

Shakira y Nicky Jam suena en los parlantes con Perro fiel.

Tú me confundes, no sé qué hacer

Yo lo que quiero es pasarla bien

Yo tengo miedo de que me guste

Y que vaya a enloquecer

Si eso pasa yo seguiré

Contigo aquí como un perro fiel

Yo tengo miedo de que me guste

Y que vaya a enloquecer

Te hablo en serio mai, no estoy jugando

Tanto tiempo pasa y nada

Estas ganas no me aguanto

Y aunque tú me esquives, yo te sigo deseando

Dicen que tú eres peligrosa

No le hago caso a esas cosas

Dime qué está pasando

Me tienes como un loco, soy un loco enamorado, eh

Quiero saber cuánto me vas a insistir

Y hasta dónde llegarías por mí

Siento mucho la espera

Pero valdrá la pena cuando te esté besando

De la manera que te mueves así

Yo te lo juro me voy a derretir

Tú sabes que soy buena

Por más que yo te esquive me sigues deseando.

Nuestros cuerpos se mueven al ritmo de la música, es como si cada frase de la canción la hacemos realidad, me coloco de espaldas a él haciendo movimientos sexys, movimientos que me empiezan a calentar, siento como la adrenalina va corriendo por mis venas y esto que siento está a punto de estallar.

Él me toma como un poseído atrayendo mi cuerpo al suyo, en mi trasero puedo sentir su miembro erecto queriendo estallar, una de sus manos me aprieta por la cintura mientras la otra hace recorrido por todo mi cuerpo, empieza un viaje lento y peligroso, cuando siento que uno de sus dedos entra en mi intimidad suelto un pequeño jadeo, el cual él ahoga cuando se apodera de mi boca.

Siento como mi cuerpo vibra ante su toque, cada vez quiero más, mucho más. De repente me gira para quedar frente a frente, sus ojos están oscuros y me regala una mirada lasciva, mirada que me penetra poco a poco y como deseo que sea su miembro que me penetre sin delicadeza, sin piedad, que sea salvaje.

—Vamos a un lado más privado. —susurra a mi oído— No te imaginas lo mucho que te deseo princesa.

Creo que perdí la poca cordura que me quedaba, lo único que hago es asentir con un movimiento de cabeza mientras muerdo mi labio inferior. Sin perder tiempo soy arrastrada por este hombre por un pasillo oscuro, al llegar al fondo entramos a un ascensor el cual necesita clave para llegar al último piso, las puertas se abren y damos unos cuantos pasos, cuando llegamos a una puerta él coloca nuevamente la clave para que esta se abra y nos pueda dar acceso. «Todo con este hombre es un misterio». Tal vez dirán que soy una estúpida por confiar en un hombre que he visto por primera vez, pero él posee algo que invita a darle luz verde, no se que podrá ser pero estaré a punto de confirmarlo.

Estando dentro todo es tinieblas, no se puede ver nada y basta con que él aplauda para que las cortinas se abran, tiene un gran ventanal que refleja la vista de la ciudad, se ve muy hermosa y más aún con la luna iluminando el espacio, la cama es grande, tiene unas sábanas de seda color rojo, a un costado hay una pequeña mesa de noche, sobre ella hay una hielera, dos copas y una botella de vino «¿Habrá planeado todo esto?»

Sirve la bebida en las copas. caminando seductor me entrega una de ellas, camina hacia la cama sentándose en el borde, le da unas palmadas para que me acerque y me siente a su lado.

Yo como toda niña obediente hago caso y me siento a su lado, tomo un pequeño sorbo de vino, siento como va bajando poco a poco por mi garganta degustando su sabor.

—¿Cómo te gusta que te penetren princesa?. —pregunta con picardía— Delicado, tierno o salvaje.

Casi me ahogo con lo que estaba tomando,imagino que él se dió cuenta que soy virgen porque mi rostro era un poema y mis ojos casi salen de mis órbitas.

—Tranquila princesa, prometo que seré delicado. —acaricia mi pierna— Será tu primera vez inolvidable, de eso me voy a encargar yo.

Me quita la copa de la mano y la deja a un lado de la mesa junto a la suya.

Toma mi rostro entre sus manos, sus hermosos ojos grises se conectan con los míos, une nuestro labios en un beso tierno, delicado. Poco a poco va recostando mi cuerpo sobre la cama, siento que mi cuerpo se eriza cuando sus manos empiezan a explorar cada parte de mi cuerpo.

—Cálmate princesa. —besa mi cuello— Solo relájate y disfruta.

Entre besos y caricias me va despojando de la ropa, en pocos segundos quedo en ropa interior; se levanta quedando parado al borde de la cama y se empieza a quitar la ropa cuando su torso queda descubierto puedo deleitar mi vista ante tal monumento. Me encanta esa sonrisa lasciva que me regala, termina de despojarse de la ropa quedando en boxer.

Mete en su boca mi dedo del pie y lo chupa como un bombón, pasa su lengua recorriendo mis piernas hasta llegar a la cara interna de mi muslo. Con sus dientes toma un extremo de mi braga y la va bajando poco a poco hasta sacarla por completo. Instintivamente cierro mis piernas y él se encarga de separarlas, pasa su lengua por mi centro provocando un choque eléctrico desde el centro, pasa por toda mi columna y estalla en mi cerebro haciendo que mi rostro se sonroje.

Introduce su lengua en mi vagina, chupa, muerde con delicadeza, esta torturándome de la mejor manera y lo peor es que disfruto todo lo que me hace sentir.

—Ahhh… no pares por favor. —pido entre gemidos.

—Relájate y disfruta mi pequeña traviesa.

Sube repartiendo besos por todo mi abdomen suelta mi brasier en el proceso dejando mis pechos al descubierto, introduce uno en su boca chupando como un bebe falta de alimento, con su mano pellizca el otro haciendo que se endurezca mi pezón.

Se apodera de mi boca y la profana como le da la gana, nuestras lenguas danzan al mismo ritmo, siento lo erecto que está su miembro cuando lo posiciona en mi intimidad. Lo ayudo a bajar su bóxer quedando los dos desnudos, apreciamos nuestros cuerpos desnudos y por instinto cubro mis pechos y el retira mis manos negando con un movimiento de cabeza.

Rebusca en su pantalón sacando un preservativo, el cual coloca mientras sus ojos se posicionan en mi cuerpo y muerde su labio. Jalami cuerpo al borde de la cama y tomándome de las caderas embiste mi vagina con su boca nuevamente, sus movimientos son acelerados, mi espalda se arquea ante las sensaciones que estoy experimentando, aprieto las sabanas con mis manos y siento que me estan llevando alas profundidades del infierno.

Cuando estoy a punto de correrme para sus movimientos, sube a mi altura uniendo nuestros labios para darme a probar mis fluidos. Siento cuando separa mis piernas y posicionó su miembro entre mis pliegues, va entrando en mi poco a poco,

—¿Duele? —besa mis labios— Prometo que te trataré con cariño.

Asiento con un movimiento de cabeza, se va introduciendo en mi lentamente y cuando ejerce presión para entrar por completo en mi suelto un gemido de dolor el cual es ahogado con un gran beso lleno de deseo. Se queda tranquilo para que mi vagina se se acople a su tamaño,empieza con movimientos lentos.

El dolor que sentía al principio ha ido desapareciendo y lo voy sintiendo es placer, sus embestidas van aumentando, nuestras caderas se van moviendo al mismo ritmo,ambos soltamos gemidos, estas cuatro paredes son el único testigo de toda la lujuria que se está desatando entre nosotros.

Sin salir de mi me levanta de la cama y rodeo su cintura con mis piernas, me pega contra la pared mientras me embiste con fuerza, mis pechos suben y bajan por los movimientos. Me aferro a su boca tirando de su cabello como una desquiciada.

Mi vientre se contrae y siento que me corro a mares, poco tiempo después siento como su miembro palpita dentro de mí, creo que él también se corrió por el gruñido que soltó. A pesar de que acabó todavía sigue duro, no me da tregua y me lleva a la cama nuevamente coloca mis piernas sobre sus hombros y vuelve a embestirme, esta vez es más rudo pero no me maltrata sino todo lo contrario me regala el mejor placer de mi vida, no mintió cuando dijo que mi primera vez sería maravillosa e inolvidable.

Deseo gritar su nombre pero no tengo puta idea de como se llama, lo único que sé es que me ha regalado los dos mejores orgasmos.

—Ahh… que delicioso maldición.

—Deliciosa estás tú mí diosa

Estamos sudados y agotados, caemos sin fuerzas en la cama, sale de mi con delicadeza y me abraza a su pecho, toma mi barbilla y la levanta besando mis labios, nos quedamos abrazados uno al lado del otro sin decir ni una palabra…

****

Ha pasado una semana desde que tuve mi primera vez, cuando desperté él no se encontraba en la habitación, no puedo negar que todo fue maravilloso pero me lleno de nostalgia al no saber quién fue ese hombre al que le entregué mi primera vez.

Sobre la mesa de noche encontré un gran ramo de rosas rojas y un estuche que contenía una hermosa esclava de oro blanco con un corazón en el centro decorado con pequeños diamantes, al reverso lleva grabado “Mi ángel y mi Demonio” sonreí ante el acto y me quede pensando si algún día lo volveré a ver.

Salgo de mis pensamientos cuando mi padre toca la puerta de mi habitación preguntando si ya estoy lista, hoy es mi primer día de trabajo en su compañía y solo espero que todo salga bien.

Al llegar a la compañía saludo a los empleados de mi padre, desde que tengo uso de razón conozco a la mayoría de ellos. Llegamos a la oficina y me dice que espere mientras llega el jefe del departamento en el que voy a realizar mis pasantías, esta persona será la encargada de supervisar mi proceso durante los tres meses que esté en la empresa de mi padre.

Tocan la puerta y mi padre da la autorización para que la persona pasé, al percatarse de quién se trata mis ojos se abren como platos al ver de quién se trata y no lo puedo creer es el mi dios del olimpo.

—Mauricio te presento a mi pequeño tesoro Antonella. —dice con orgullo— Ella será quien estará a tu cargo estos tres meses de pasantías.

—Mucho gusto Antonella. —besa el dorso de mi mano— Para mi será un placer ser tu tutor durante tus pasantías.

—El placer es mío Mauricio. —respondo con picardía— Pondré todo lo que esté a mi alcance para aprender todo lo que me quiera enseñar.

Y así se dió el inicio a mis nuevas enseñanzas con mi dios del olimpo…

Previous Next
You can use your left and right arrow keys to move to last or next episode.
  • Previous
  • Next
  • Table of contents