T abbee respiró con agitación tras de un largo rato de mirar a su hermano incrédula.
¿Cómo podía ser eso posible?
Instintivamente llevó su mano a su vientre a modo de protección.
—Tú me inyectaste para hacerme…
— ¡No, nunca lo haría!
—No le digas nada a Mario.
Tanner la miró con pesar pero ella...