— ¿Tu consulta es mañana, no?
Mariana asintió dubitativa y ella frunció el ceño al verla, algo raro le sucedía a su amiga.
—Yo te acompaño...
— ¡No! —Gimió ella con los ojos cargados de miedo—. Yo iré sola, no voy a molestarte más.
Carol entornó los ojos esbozando una sonrisa.
—No me molestas además...