—Aquí estabas —dijo Valerian entrando a la casa que compartían.
Callista se contuvo para no soltar un grito desesperado y apretó las manos en puños.
— ¿Dónde más estaría si no?
Trató de soñar lo más fría posible y lo consiguió ya que el ambiente tenso de repente los envolvió.
Quizás con Leo.
Casi gruñó...