Demon dejó la cajita sobre la encimera de la cocina sin atreverse a abrirla.
Apoyó los puños sobre el mármol cerrando los ojos, tratando de respirar y no ahogarse.
¡Maldita mujer!
Una y mil veces maldita.
¿Por qué lo tentaba de esa vil manera? era como una bruja que lo hechizaba a caer...