Crono llegó a la mansión con Palas aún desmayada. Descendió del carro, camino hacia la habitación de invitados, y la acomodó con delicadeza en la cama. Al intentar incorporarse, observó como Palas reaccionaba, tomando su mano con debilidad.
—No me abandones, Crono. Temo lo que sucederá ahora conmigo. Tú tienes a...