Desde aquel día, el silencio entre Martín y Estefanía se hacía cada vez más largo, como un abismo invisible que se abría entre ellos.
Muchas veces, Martín se encerraba en su estudio, sosteniendo en sus manos nuestra foto de bodas, y permanecía allí sentado durante toda la noche.
Los golpes de Estefanía...