El punto de vista de Aleena
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Al despertar al día siguiente me encontré enredada con el cuerpo desnudo del Beta. Lo empujé con todas mis fuerzas, haciéndolo caer de la cama.
¡Mierda!
No sabía que se caería de la cama.
“¡Qué carajo!”, gritó, se vino primero y luego se puso de pie, mirándome fijamente....