Punto de vista de Daniel.
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“¡No! Yo dormiré en el sofá. Tú debes usar la cama, porque es tu habitación”, argumentó ella.
¡No otra vez!
¿Por qué tenía que discutir conmigo todo el tiempo? ¿Le costaba tanto escucharme?
Odio admitirlo, pero su carácter por alguna razón me excitaba. Nunca me gustó la gente débil...