Carish llevaba un par de horas gritando y maldiciendo mientras Eder y yo tomábamos un té helado cada uno. Realmente deseaba terminar con todo y volver a nuestras vidas, saber qué sucedería de ahora en más. Y si tal vez--
—AAAAAAAAH, MALDITA SEAAAAAAAAAAAAAAAAAA, NOOOOO— Abrí mis ojos de la sorpresa mirando...