VERÓNICA TOCKER NARRA:
¡¡Que vivan los novios!!
Mi cabeza dolía como la mierda y sólo me desperté porque ese extraño sueño donde Eder y yo nos casabámos con vestidos pomposos acabó con mi mamá corriendo desnuda por todos lados.
El olor a cloro y desinfectante llegó a mi nariz pero me negaba...