Valerie.
En el momento que estaba bailando, se me acercó un hombre con traje ejecutivo, imaginé que era un empresario. Era bien parecido, pero desde luego no, para nada era mi tipo, me pidió bailar, y yo accedí.
-“¿Cómo te llamas preciosa?”- me dijo.
-“¡Uff! ¡que va es uno de esos!”-...