Nisha.
— ¿Qué pasa Ratko? — Murmuro su nombre bajito, acariciando cada letra — solo hazlo…— le pido mirándolo directamente a los ojos.
Esa mirada cargada de tantas emociones que me ponen como un tren y me obligan a olvidarme de toda mierda. Este hombre me puede, su furia, su frialdad, su...