—Usted ha sido acusada antes de asesinato, señora. ¿Estoy en lo cierto?
Débora se encontró a sí misma contestando que sí.
—Y en esa oportunidad, no pudieron demostrar nada, ¿correcto?
Nuevamente, asintió, como hipnotizada. La verdad era que su mirada se mostraba perdida y llena de remordimiento.
—Quería matar a Ashley. Pero...