Silvano Berlusconi.
Mi cuerpo se tensó por completo al cruzar miradas con Karina. Todo se fue al traste en ese instante. Sus lágrimas surcando sus delicadas y rosadas mejillas me desgarraron por dentro, me destrozaron en simples segundos.
—¿Qué le sucede? —mi padre frunció el ceño impaciente—. Qué pésimo servicio.
Karina me...